Himno a la Theotokos
Durante la Anáfora, la parte más solemne de la Divina Liturgia, los dones eucarísticos se transmutan en el Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo. Al final de la Anáfora, el sacerdote reza para que este acto de adoración sea ofrecido por todos los fieles difuntos,1 pero especialmente por "...nuestra santísima, purísima, bendita y gloriosa Soberana, la Madre de Dios y siempre Virgen María". Así, la oración que sigue a la Anáfora ora por aquellos que han fallecido, incluyendo a la Theotokos.
Por lo tanto, la Theotokos es nuevamente reconocida como la santa preeminente de la Iglesia. De hecho, la oración que sigue, llamada el Himno a la Theotokos, ensalza sus virtudes:
Verdaderamente es digno bendecirte, oh progenitora de Dios, siempre bienaventurada y purísima Madre de nuestro Dios. Tú eres más venerable que los Querubines e incomparablemente más gloriosa que los Serafines, a ti que sin mancha diste a luz al Verbo de Dios y que verdaderamente eres la Madre de Dios, te celebramos.2
Y aunque es muy venerada, sigue siendo un ser humano que necesita salvación. El padre Thomas Hopko describe esta parte de la Divina Liturgia de la siguiente manera: "... la Divina Liturgia es la verdadera presencia y el poder del evento único de salvación de Cristo para su pueblo... siempre se ofrece por todos los que necesitan ser salvados. Por lo tanto, el sacrificio litúrgico se ofrece por María y por todos los santos, así como por toda la Iglesia y por todo el universo de la creación de Dios".3
Así, María, la Madre de Dios, es honrada por encima de los querubines y los serafines que están en la presencia de Dios. Desde el punto de vista teológico, ella fue el trono terrenal de Cristo y ahora está al frente de los santos ante el trono de Dios en Su Reino e intercede por nosotros.
Footnotes
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“...los antepasados, padres, patriarcas, profetas, apóstoles, predicadores, evangelistas, mártires, confesores de la fe, ascetas y por toda alma recta fallecida en la fe...” ↩
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† El Oficio de La Santa Liturgia (opens in a new tab), adaptado de la Publicación de la Hermandad Ortodoxa “San Sergio”, Buenos Aires 1998, página 42. ↩
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Thomas Hopko, The Orthodox Faith, Vol. II: Worship (opens in a new tab) (Syosset: Orthodox Church in America 1972), 188. ↩